El poder de una buena sonrisa

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La risa es una de las maravillosas formas que tiene el cuerpo de producir endorfinas de manera natural. Las endorfinas son específicas para el cuerpo que las forma y tienen un gran efecto sanador.

Nos hace sentir mejor tanto psicológicamente como físicamente (tiene cierto efecto analgésico e incluso antiinflamatorio). Los bajos niveles de endorfinas empeoran el funcionamiento armónico del sistema inmunitario, por eso, el incremento de las endorfinas gracias a la risa podría ser capaz de ayudarnos en cientos de enfermedades. Desde un resfriado hasta una úlcera. Incluso puede mejorar la evolución y la manera de enfrentarnos a otras, como en el caso del cáncer.

Es importante sonreír incluso cuando nos enfrentamos a todas esas noticias, miedos y desgracias que nos rodean. Aprender a sonreír a pesar de las costumbres, reglas y censuras que nos limitan y nos restringen. Sonreír no para escapar de los problemas, si no para que nos ayude a enfrentarnos a ellos. Para hacer un pequeño descanso y retomarlos con más fuerza.

El humor nos advierte de que el orden es demasiado estricto, que una determinada regla no tiene sentido o que nos hemos estado preocupando en exceso por algo. Nos previene de la propia estupidez o de la ajena, de que a veces nos tomamos las cosas demasiado en serio…

Tienes que buscar un buen humor que te dibuje una sonrisa, que te ponga por encima de las cosas que se te escapan de las manos, de las frustraciones diarias. Sonríe todo lo que puedas y sobre todo cuanto más te cueste. Así aprenderás, que nada es capaz de arruinarte tu alegría si tú no lo permites. Y si además consigues provocar una sonrisa a los demás no solo te habrás alegrado el día a ti mismo.

Por otra parte, hay un tipo de risa que no sana, que enferma más que cura. Hablo de la burla, no es una expresión del buen humor si no del desprecio o humillación. Hablo de la risa idiota que tienen algunas personas cuando se ríen del sufrimiento ajeno. Justo por eso, por ser ajeno. Es triste tener que ver el dolor ajeno para sentirse bien con uno mismo, es reconocer que dependes de los demás para poder funcionar.

Pequeño atajo para relajar la cara y facilitar una sonrisa

Es un ejercicio muy rápido que ayuda a que nuestra cara se relaje y desaparezca el rictus característico. Si queremos obligarnos a sonreír y liberar tensión hay un punto en el centro de nuestra barbilla que si lo apretamos se nos formará una pequeña sonrisa esbozada. Mantenemos la presión unos cuantos segundos y soltamos. Notaremos que incluso así, el gesto se mantiene. Lógicamente hacer esto no hará que desaparezca la tristeza y frustración, pero ayudará a que te sientas más relajado. Al apretar ese punto te obligas a respirar por la nariz y expresas un gesto más calmado, sereno.

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«El reírse de uno mismo es condición necesaria para disfrutar de algunas cosas extrañas y absurdas que nos pasan. Es una señal de la madurez que siente el que no necesita ser correcto ni exitoso para estar seguro de sí mismo» (Joge Bucay).

 

Sin más me despido. Espero que hayáis tenido unas maravillosas vacaciones. ¡Que pronto se pasa la semana…!

Un saludo y feliz vuelta.

10 comentarios en “El poder de una buena sonrisa

  1. Muy buen post Sara. Como decía Mahatma Gandhi en sus Reflexiones:
    “Una sonrisa no cuesta nada y produce mucho. Enriquece a quien la recibe, sin empobrecer a quien la da”. Si no nos quita nada, ¿por qué a veces nos cuesta tanto darla? O lo que es peor quizás ni siquiera nos percatamos de que podríamos darla y con ella enriquecer a quien la recibe ó incluso cambiar su perspectiva.

    Saludos.

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    • Gracias por el comentario Andrés. Tienes toda la razón. Con una sonrisa expresamos muchísimas cosas, sin embargo nos cuesta una barbaridad darla. Cuando somos niños no tenemos problemas, pero según crecemos parece que nos volvemos tacaños en ese sentido jaja.

      Un beso y gracias por el aporte. ¡Feliz inicio de semana!

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