¿Cómo hablar con tu hijo del cáncer infantil?

cancer infantil

El solo hecho de imaginar que nuestro hijo pueda tener cáncer es aterrador y el tener que explicárselo aun más.

A la hora de hablar con un niño de las repercusiones que va a tener el cáncer en su vida no podemos improvisar, tenemos que saber de antemano lo que decirle. Es un tema muy delicado. Por eso, si dudas en si lo que vas a decir es adecuado o no pide ayuda al médico del pequeño, a un psicólogo u otro profesional que os pueda asesorar para transmitirle de un modo correcto la información.

A continuación os dejo unas pautas para ayudaros a transmitir este terrible mensaje. Lógicamente la forma que tengamos de hacerlo va a depender de la edad del pequeño, no podemos usar las mismas palabras y expresiones con un niño de siete años que con un pre adolescente. Nuestro objetivo siempre será calmarlo y transmitirle seguridad para que se beneficie del tratamiento lo máximo posible, porque hay una conexión muy fuerte entre el sistema inmunológico y el estado de ánimo, de manera que si mantenemos una actitud positiva y calmada responderemos mejor al tratamiento porque nuestro sistema inmunológico se fortalecerá.

¿Es recomendable decir al hijo que tiene cáncer?

Cuando el niño es muy pequeño muchos padres piensan que no es necesario decirles nada porque no se van a enterar de lo que está ocurriendo. Pero eso no es más que un pretexto para evitar una situación dolorosa para ambos. El niño, se va a acabar dando cuenta tarde o temprano de que tiene una enfermedad. Está en un ambiente extraño para él, separado de sus hermanos o amigos, todos están con caras largas y tristes, hay médicos haciéndole pruebas… Es casi imposible que no lo acabe sabiendo, incluso es contraproducente ocultarlo porque los niños dejan volar su imaginación y se pueden creer cosas incluso peores. Actualmente casi todos los médicos y profesionales de la salud están de acuerdo que ocultar la información no es bueno de cara al tratamiento y la futura recuperación porque el niño estará más ansioso y asustado que si sabe la verdad. Además cuando acabe descubriendo lo que verdaderamente pasa el niño se sentirá engañado y aumentará la desconfianza hacia los padres.

Preparando el terreno

No debéis esperar mucho para decirles la verdad, cuanto antes mejor. Es recomendable comunicárselo en cuanto sepáis el diagnóstico. Recordad que el niño desde el primer momento sospechará que está ocurriendo algo raro y la imaginación puede jugarle una mala pasada.

Antes de hablar con él es recomendable que pidáis consejo a algún profesional sobre como vais a informarle para no meter la pata, ellos os podrán asesorar sobre que cosas es recomendable decir y cuales evitar, pero ante todo, es fundamental que estéis los dos para dar la noticia, así le transmitiréis la sensación de que sois una familia unida, en lo bueno y en lo malo. Piensa también en las respuestas que vais a darle ante las preguntas típicas que se suelen hacer. Si os ven dudando de que responder en medio de la conversación le pondréis más nervioso.

Por otro lado, el contacto visual con él no puede faltar, tendréis que manteneros cercanos y permitirle expresarse como quiera, que llore, que grite, que se enfade… es bueno que exprese su rabia o frustración. Apoyadle y explicarle que es normal que se sienta así.

Adecuar la información a su edad

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Para explicarle lo que es el cáncer infantil tenemos que adaptar tanto la información que le vayamos a dar como el lenguaje utilizado.

-Si el niño tiene menos de 2 años no va a entender lo que es el cáncer infantil, sabrá que algo no va bien pero poco más. Es vital que intentéis permanecer a su lado en todo momento y si esto no es posible, regaladle algún juguete o peluche que le brinde seguridad cuando no podáis estar con él. También tenéis que informarle de manera sencilla de lo que le van a hacer y que habrá algunos momentos en los que le va a doler pero que a la larga será bueno para él, es mejor así que no decir nada porque si no aumentará la desconfianza hacia vosotros y habrá posibles reproches en el futuro.

De los 2 hasta los 7 años tenemos que ampliar la información que les demos. Ellos ya entienden el concepto de enfermedad (aunque creen que la casa de la enfermedad es externa, como un resfriado) y es nuestra obligación aportarles toda la información que necesiten. No puede faltar el informar sobre el tratamiento que van a recibir y el por qué de ese tratamiento. Contadles de manera simple que les van a hacer y cómo va a ayudar eso a que se pongan buenos.

Por otro lado, dejadle claro que el cáncer no tiene nada que ver con su comportamiento, muchos niños creen que ellos pueden haber contribuido a su enfermedad por algo malo que hayan hecho y se sienten culpables.

La preadolescencia. En esta etapa los niños puede que ya tengan algunos conceptos de lo que es el cáncer por comentarios que hayan oído a adultos, en la televisión o incluso en compañeros de clase. También saben que hay enfermedades que aparecen por causas internas. Explícale mejor en que constará el tratamiento y anímale a que hable con el médico para disipar todas las dudas que pueda tener.

Adolescencia en adelante. Aquí ya entenderá perfectamente el concepto de cáncer infantil y es importante que se sienta tratado como un adulto. Eso no quita que no necesite vuestro apoyo y amor incondicional. Seguramente le parecerá increíble e injusto que con esta edad pueda desarrollar un tumor. Tenemos que ayudarle a expresar su rabia pero no agobiarle ni estar todo el día encima de él. Tenemos que dejar que sea el niño el que venga a buscarnos. Por otro lado, a partir de los 16 años puede tomar parte en las decisiones del tratamiento y sentirá que posee «más control» sobre su enfermedad.

Debemos contestar a la pregunta ¿me voy a morir?

El tema de la muerte produce miedo y ansiedad, en los niños es mayor. Como ya dijimos antes los niños suplen con imaginación todo aquello que desconocen. Son todavía inmaduros cognitivamente y no poseen los recursos necesarios para entender la muerte como los adultos, por eso lo vivirán con mayor nerviosismo y sensibilidad. Si un niño descubre que se va a morir  sufrirá muchísimo, pero todavía sufrirá más si ve que está solo, que a su alrededor no tiene a nadie con quien compartir sus miedos. Y es que los niños por muy pequeños que sean lo acaban intuyendo, sospechando… Queramos o no tiene derecho a saber la verdad, ocultársela o edulcorarla es aplastar su inteligencia y dignidad como persona.

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Este artículo será publicado en un futuro cercano en la revista digital Bekia padres.

Feliz semana a todos 🙂

2 comentarios en “¿Cómo hablar con tu hijo del cáncer infantil?

  1. Me permito la osadía de compartir contigo algo que me ocurrió en las Navidades pasadas:

    Hoy, después de muchos años, he vuelto a ir a Misa con mi padre. Ha sido un momento muy especial. Desde pequeño no hacía que compartía ese momento con él. No comulgo con la Iglesia, sus sacerdotes, sus dogmas y su hipocresía. Pero entrar en un templo como La Priorial de mi ciudad es siempre algo místico, un momento de recogimiento. Además, si ya para mí era especial y representativo el estar ahí con mi padre y poder darle la paz como hiciera de niño, me ha pasado hoy algo curioso y a la vez muy hermoso. Intenté conectar conmigo mismo allí dentro, impregnarme de toda buena energía y transmitir lo mejor de mí. A pocos metros delante mía, había una pequeña con su madre, una linda niña de unos nueve años de edad. Estaba enferma, un pañuelo violeta cubría su cabeza. Otra vez esa maldita enfermedad. Al verla, pasé algunos minutos concentrado en ella, intentando delegar en ella todos mis buenos deseos y energía. Cuando al instante, tras unos segundos y para mi grata sorpresa, la niña se giró, me vió y me dedicó una sonsira. ¿Casualidad? Me da lo mismo. Fui feliz. Nunca la olvidaré.

    El Puerto de Santa María, a 13 de diciembre de 2014

    Un beso, Sara.

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